Epitafios

Personas como tú hacen que parte del cielo se haga presente en la Tierra. Te recordaremos siempre.

El tiempo cura el dolor de la ausencia, pero no borra ni el afecto, ni se deja de amar, ni se olvida.

Señor, no te preguntamos por qué te lo has llevado. Simplemente te damos las gracias por habérnoslo dado.

Una mañana un ángel bajó a por ti. Y se llevó con él la flor más hermosa de mi jardín.

Siempre estarás en nuestros corazones.

Tu vida y tu trabajo fueron un ejemplo.

Me basta una flor para recordar nuestro amor.

Tras el vivir y el soñar, está lo que más importa: Despertar.

Lo que yo soy, tú serás. Lo que tú eres, yo fui. Y también desearás que te recen a ti.

Aquí descansa un hombre bueno, adorado por su familia y querido por todos.

Tu alegría y tu buen hacer siempre estarán con nosotros.

No envidies al roble hermoso, seto fuerte y bondadoso,
que allí donde estés, amor, tú lo suplirás en todo.

Vuestro cariño fue tan profundo que caló hasta nuestras almas. Por eso nuestro dolor será siempre una llama que permanecerá viva hasta alcanzar vuestra morada.

Más alegría que tristeza, más amor que pena. Ése era el secreto de su grandeza.

Si muy fácil fue quererte, imposible será olvidarte.

Con el corazón te quisimos, con el corazón te cuidamos y en el corazón te llevamos.

Cuando algún día tus ojos no vuelvan a sonreír quedará lejano este presente.

Para encontrarte no necesito verte. Sólo recordarte.

Porque con inmenso amor pruebas con mayor dolor a las almas que más quieres.

Los que te quisimos no te olvidamos.

Sin ti nada será igual.

Tu esposa, hijos y nietos no te olvidan.

Yo estoy aquí, no me he ido. Para quereros más que cuando vivo.

Los que en vida te quisieron, en la muerte no te olvidan.

Busqué dónde reposar y me fijé en el cielo.

Si el grano de trigo no muere, no puede dar fruto.

Vivir en los corazones de los que dejamos atrás no es morir.

Presente y pasado. Siempre a tu lado.

Para quien siempre tuvo una sonrisa alegrando nuestras vidas. Dios siempre corta las mejores rosas.

Fuiste buen hijo, padre y buen esposo. Dios en el cielo te dé mejor reposo.

Aún así seguimos estando juntos.

No te duermas, que es de día. Quién te llama de tan lejos. No acudas, no mires, no oigas… No te vayas todavía.

“El que vive y cree en mí no morirá para siempre”

No estás para nuestros ojos, pero sí para nuestros corazones.

Vuestro espíritu vivirá siempre en el recuerdo de los que te amamos.

Inolvidable la huella que dejasteis en nuestros corazones